Sentir la acorazante punzada
en un intento por respirar.
Sentir como bombea de diástole a sístole
sentir como navega lentificante la sangre en vena.
Se siente como tragar a fuerza.
Pero la Muerte… es algo más que eso.
Sentir la pesadez del sueño,
rehuir de la adormecedora hora.
Sentir cómo te acaricia,
te pesa el cuerpo, y poco a poco se apodera de ti con avaricia.
Se siente como caer entre el fuego y sin dolor. Caliente.
Pero la muerte… es más que eso.
Sientes que te pesa la cabeza,
los parpados le acompañan
la mala saña, la mala fe
los actos antiguos. La conciencia.
Se siente como cerrar los ojos y de súbito abrirlos y,
después (de la oscuridad en ellos) la verdadera oscuridad.
Pero la muerte… va más allá.
No es luz, tampoco oscuridad;
es penumbra y tempestad
de sentimientos y emociones
es la culminación de las pasiones.
No es fuego, ni tampoco cielo
solo un infierno en el suelo
no se necesita requisitos
ni menos méritos :
La muerte ve más allá.
No es un paso ni un cambio,
es como agua estancada
de monumentos reptiles poblada
y el recuerdo de un viejo resabio.
Es un paladar jamás probado
un barco varado
un horizonte alejado
es un exceso añejado.
Pero la muerte… es más que eso.
El excedente de la muerte
es el dolor de sus congéneres
que en acústicos llantos y lamentaciones
no comprenden lo que ya es inerte.
La muerte,
es un único placer
es un miedo a la soledad
es un terrible padecer
pero hermoso sentimiento de libertad.
Es un caer al vacío infinito
viento en rostro y profundo suspiro
me encomiendo al bendito,
un cerrar de ojos… expiro.
La muerte,
es la conjugación de nuestro todo
un punto en que coincide la valentía y la cobardía
se crea un híbrido.
La muerte es una espera
que en vida nos desespera y abruma.
La muerte es un sentimiento excelso
y lejano, mas no inalcanzable,
es sublime.
La muerte es como el amor.