"El cortesano infiel le preguntó al monje cristiano:
-- ¿Por qué se deben enterrar a los muertos?
Aquel contestó:
--Para que no contaminen con su podredumbre y enfermen al resto de la población y terminemos muertos como aquel... también porque apestan demasiado, su inmundicia es insoportable".
De la misma manera, nosotros debemos enterrar personas, cosas o situaciones de nuestro pasado, para que no nos contaminen y nuestro corazón termine muerto y lleno de inmundicia. Cerrar círculos. Clausurar capítulos; ya que hay recuerdos y personas que hieden y su hedor mata.